Excelentísimo Señor Canciller de la República Oriental del Uruguay, Embajador Luis Almagro, Excelentísimo Señor Secretario General de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), Embajador José Félix Fernández Estigarribia, señores Representantes Permanentes ante la ALADI, señores Representantes de los Países Observadores, señores miembros de las Representaciones ante ALADI, señores invitados especiales, señores funcionarios de la Secretaría General. En mi calidad de Presidenta del Comité de Representantes de la Asociación, para mí representa una gran satisfacción tener el honor y la oportunidad de declarar instalada esta sesión extraordinaria, conmemorativa de los cincuenta años del proceso latinoamericano de integración ALALC-ALADI y muy especialmente de los treinta años de la suscripción del Tratado de Montevideo 1980 (TM80), que creó la ALADI, esquema de integración regional que continuó con la gesta iniciada el 18 de febrero de 1960 con la creación de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC).
De igual modo, a nombre de mis colegas Embajadores, deseo transmitir al Señor Canciller de la República Oriental del Uruguay, Embajador Luis Almagro, el profundo agradecimiento de este Comité por su presencia el día de hoy, la cual representa para nosotros no sólo un especial saludo del país miembro de ALADI que generosamente albergara nuestra Sede durante los treinta años de la Asociación, sino del saludo que nos hace llegar un socio que contribuyó en todo momento y de manera decisiva a la generación de consensos al interior de la Asociación y, por consiguiente, al avance de nuestro proceso, porque permítame decirle, señor Canciller, que si tuviésemos que resumir lo que ha constituido una de las características más importantes de la participación del Uruguay a lo largo de este proceso, tendríamos que hablar entonces de “la palabra precisa en el momento oportuno”.
Es así que le agradecemos nuevamente su presencia el día de hoy, que realza y vuelve aún más especial esta ocasión de tanta significación para nuestro proceso.
La firma del TM80 constituyó un hito fundamental dentro de la concreción de la permanente aspiración de América Latina de encontrar derroteros comunes y nuevas formas de relacionamiento a todo nivel, en la búsqueda de su desarrollo económico y social a fin de asegurar un mejor nivel de vida para sus pueblos, tal y como se encuentra enunciado sabiamente en el preámbulo mismo de nuestro texto fundacional.
Un proceso que, como hemos dicho, recogió la experiencia de la ALALC y dotó al proyecto integracionista de nuevos mecanismos para continuar avanzando en el proceso de integración regional de manera ágil y flexible, en un marco pluralista y de solidaridad, que nos ha permitido llegar al día de hoy con plena confianza en el futuro.
A treinta años de su creación, ALADI se ha convertido en el principal y más representativo bloque de integración en Latinoamérica, reuniendo a 12 países y más de 500 millones de habitantes, al tiempo que Panamá se encuentra en proceso de adhesión y Nicaragua ha solicitado de manera formal su ingreso, en lo que constituye una evidente muestra de la plena vigencia del TM80 y sus mecanismos como herramienta para continuar profundizando el desarrollo económico y social de sus miembros.
Cabe señalar, igualmente, que como resultado de las negociaciones entre los países miembros, se encuentran vigentes, o en trámite para su entrada en vigor, un total de 75 acuerdos, importante red que ha posibilitado que el comercio intrarregional pase de 10 mil a más de 100 mil millones de dólares y que tres cuartas partes del mismo se encuentre actualmente libre de aranceles.
Sin perjuicio de lo anterior, somos conscientes de los desafíos con los que nos encontramos de cara al futuro, entre los cuales cabe destacar la necesidad de seguir buscando nuevos mecanismos, al tiempo que se perfeccionan los ya existentes, para lograr que el crecimiento de la región latinoamericana en su conjunto se produzca de manera equilibrada e integral.
En ese contexto, debemos resaltar la tremenda relevancia que en esta búsqueda supone la implementación de los mandatos emitidos por el Decimoquinto Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación, realizado el 29 de abril de 2009, en el marco del cual fueron adoptadas un conjunto de importantes Resoluciones dirigidas todas a fortalecer el proceso latinoamericano de integración, y que se ocupan de diversos ámbitos, de entre los cuales cabe destacar:
la convocatoria a la Conferencia de Evaluación y Convergencia, órgano político que celebró su primera Sesión Ordinaria el pasado 01 y 02 de octubre de 2009, con ambiciosos encargos a desarrollar, que si bien no han estado exentos de desafíos, estoy convencida de que los países sabremos encontrar, como ha ocurrido tantas veces, la manera de afrontarlos;
el fortalecimiento de la participación de los Países de Menor Desarrollo Económico Relativo (PMDER) en el proceso;
el desarrollo de la dimensión social en el proceso de integración; y,
el Fortalecimiento de la Integración Productiva Regional, la Promoción del Comercio y la Participación de la Sociedad Civil.
Asimismo, no puedo dejar de mencionar la importancia que para el Comité de Representantes revisten los mandatos emitidos en el marco de la Cumbre de la Unidad, realizada en la Riviera Maya, México, el 23 de febrero de 2010, en la consecución de los objetivos de la integración latinoamericana.
Al respecto, con sumo agrado señor Canciller, destacamos el cumplimiento efectuado por la Asociación, del mandato recibido de parte de los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de América Latina y del Caribe, contenido en el numeral 13 de la Declaración de Cancún, a través de la cual nos fuera encargada la realización de una reunión sobre el Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos de la ALADI, la cual fue llevada a cabo con éxito el 22 y 23 de julio pasado en la ciudad de Santo Domingo, y que permitió conocer en profundidad el funcionamiento de dicho Convenio como mecanismo facilitador del comercio regional y como herramienta para afrontar de manera conjunta épocas de crisis, tales como la crisis financiera que afectó los mercados internacionales y cuyos efectos todavía se dejan sentir.
Para finalizar estas palabras, y atreviéndome a interpretar lo que creo que es el ánimo de este Comité en una conmemoración de tanta trascendencia, permítanme transmitirles un mensaje de esperanza y señalar que este 2010 nos encuentra empeñados en continuar desarrollando con el mismo ahínco de siempre los ideales de nuestros libertadores, en proseguir con la construcción de aquella “Patria Grande” de la que hablaba San Martín y de recoger las famosas palabras de Simón Bolívar de que “una sola debe ser la patria de los americanos”.
A todos ustedes, muchas gracias por acompañarnos y honrarnos con su presencia. |