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Despedida del Comité de Representantes del Excelentísimo señor Embajador Eduardo Francisco Contreras Mella como Representante Permanente de Chile
Palabras del Representación de CHILE, Emb. Eduardo Contreras Mella
07/08/2015

Gracias. Lo primero que debo decir es que agradezco enormemente las quizá exageradamente generosas palabras del Presidente y del Secretario General.

Quiero recordar en un momento como hoy, que cuando yo estaba en los primeros cursos de la facultad de derecho en la Universidad de Chile, en la década del 60’, se funda la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. El profesor Felipe Herrera, que era un gran economista chileno que después llegaría a ser el Presidente del BID, Ministro de Hacienda en Chile, etcétera, nos explicaba las bondades, las perspectivas de la ALALC. Pero no dejábamos de ver los alumnos que ya empezábamos a pensar de otra manera, alguna exagerada impronta económico-comercial a la ALALC, y lo discutíamos en clase, por lo tanto, nos formamos conociendo este organismo o sus orígenes.

Pasaron los años y estando en el exilio, en el año 80, conocemos de la suscripción del Tratado de Montevideo y de la transformación de la ALALC en la ALADI, que era otra cosa. Claro, en los 60 no partía todavía con fuerza el proceso de cambio en América Latina, en los años 80 ya han ocurrido muchas cosas, buenas y malas, gobiernos progresistas, dictaduras, convulsión social, movilización de masas, y la ALADI tiene una impronta distinta a la ALALC, sin duda, y yo la resumo en dos de sus principios fundamentales que son el pluralismo y la convergencia, que son instrumentos sin los cuales no habrá integración.

Entonces, seguimos muy de cerca lo que ocurría con la ALADI, y este deseo formulado ya en su propia declaración de principios de crear un mercado común no del sur sino latinoamericano, tarea pendiente, y fuimos viendo también las dificultades que significaban y como determinadas estructuras orgánicas fueron paralizándose o quedándose sin campos de acción, sobre todo cuando el mundo cambia, cambia la economía y el aperturismo de la economía, que tiene tantas conveniencias y tantos inconvenientes, sus riesgos y sus ventajas. Le plantea desafíos muy grandes a América Latina respecto de cómo la integración con el resto del mundo y ahí está ALADI, jugando un papel a mi juicio fundamental, no porque esté aquí ni por lo que se ha dicho, pero creo que ALADI hoy día es uno de los instrumentos prioritarios de integración en América Latina; primero porque existe, porque tiene vida real, porque trabaja de verdad. Pepe Mujica decía una vez, el ex Presidente, que menos tratados, menos reuniones y más acciones, y la ALADI traduce su estructura en acciones concretas.

Po eso y por lo que siento como parte de lo que es mi vida, hoy día hay un sentimiento encontrado, objetivamente, y son las sorpresas que nos da la vida. Primero fue una sorpresa estar aquí, jamás pedí ser Embajador de nada, soy un cuadro político, y recuerdo que un día caminaba en tribunales, a fines de abril del año pasado, hace poco más de un año, suena mi celular y me llaman de La Moneda que tengo que decidir si aceptaría ser Embajador en Uruguay y en la ALADI. Nunca me propusieron, nadie, nunca supe ni políticamente ni formalmente que había siquiera una proposición y supongo que mi nombre ya estaba porque me llamaban para que aceptara.

Por supuesto que conociendo como conozco el Uruguay dije inmediatamente que sí, aceptamos. Dos o tres días después otra vez camino a tribunales suena mi celular y me llama este señor, Alex Chaparro -que yo no conocía- para decirme por teléfono “mire véngase, yo soy el Representante Alterno, yo lo voy a apoyar en todo”, ya teníamos noticias concretas desde ALADI desde un llamado de Alex. Y bueno, terminamos finalmente integrados a la ALADI.

Siento que no pudimos hacer todo lo que hubiéramos querido hacer pero el balance en ningún caso es negativo, intentamos ayudar en lo que pudimos, y tengo la satisfacción de haber contribuido en algunas pequeñas cosas y en algunas no tan pequeñas y también tener grandes alegrías como haber conocido por fin personalmente a Estela de Carlotto, una persona que he admirado toda la vida, un referente de los derechos humanos en Chile, nunca había tenido la ocasión de conocerla personalmente a ella y a otras personas que he conocido aquí, y entre otros a ustedes, los Representantes Permanente y Alternos, que me parecen grandes personas, que trabajan con un sentido de unidad, de pluralismo, de convergencia, que hace al espíritu de lo que es la ALADI.

Creo que también fue, debo mencionarlo, un placer trabajar con Benjamín Blanco, el Embajador de Bolivia. Nadie ignora las dificultades que tenemos entre nuestros países por problemas históricos ancestrales. Seguimos pensando que la solución no es otra que el diálogo y buscar la solución pacífica de los conflictos que tenemos entre nuestros países hermanos, y dentro de ese conflicto, en el marco de esa discusión, surgió un problema planteado por Bolivia en el que tenemos y seguimos teniendo posiciones contrapuestas respecto a la interpretación jurídica al reclamo al ATIT pero tener posiciones contrapuestas no puede significar que se impida dialogar y buscar soluciones y creo que, sin que ninguno de los dos países haya cedido sus posiciones desde el punto de vista legal, se han logrado avances que pueden ser menores pero no son tan menores para los transportistas que día a día intentan llevar mercancías de un país a otro. Por lo tanto, respecto del comercio, creo que lo que aquí se ha logrado gracias al apoyo de la ALADI no ha sido menor y nos sentimos muy tranquilos de haber contribuido en eso.

Como decía el Secretario General, persona a la que yo también admiro por su honestidad política, por su transparencia, por haber tenido gestos que no siempre hay en América Latina y que no olvidaremos, como él decía volvemos a lo nuestro en Chile, fue también otra sorpresa. Así como fue sorpresa el llamado al celular de que me venía a Uruguay fue también una sorpresa otro llamado, esta vez por escrito, curiosamente además felicitándome por la labor cumplida pero diciéndome que debía terminar la misión. Son los misterios de la política y lo asumimos y volveremos con la experiencia recogida en la ALADI, con mucha más fuerza a luchar por la defensa de los derechos humanos en nuestros países y en América Latina y también por la integración social, política y económica del continente.

Gracias a ustedes por la amistad y por las enseñanzas que de todos ustedes he recibido y también saludo con mucho cariño al señor Presidente, que ha sido también muy afectuoso y muy aleccionador en su trabajo para con nosotros.

Muchas gracias a todos.